Hoy, cuatro años y cuatro días después de aquella gesta, Chile vuelve a
sacar pasajes para la máxima cita del balompié. Y ahora con el valor
agregado de que los boletos se consiguieron en casa, ante un estadio
Nacional repleto de público y con un deslumbrante tinte rojo.
Había
especulaciones en lo que podía pasar este martes ante Ecuador. Un
empate los clasificaba a ambos al Mundial. Pero este equipo de
Sampaoli mostró que no está para atar marcadores. Desde el minuto uno
salió a buscar la gloria, y con lo que sabe: Verticalidad, presión
y táctica en velocidad.
No hubo para que mirar lo que pasaba en
Montevideo entre Uruguay y Argentina. No había que sacar la calculadora,
la "Roja" necesitaba de un triunfo y no falló.
Después de
algunos titubeos iniciales, el camino comenzó a pavimentarse a los 34'.
Otra vez, tal como en Colombia, estuvo inspirado Alexis Sánchez y abrió
la ruta para la clasificación. El tocopillano recibió un centro desde la
izquierda de parte de Eugenio Mena y saltó antes y más que los
espigados zagueros visitantes. Cabezazo y a celebrar.
Era el
primero, era el que reducía la incertidumbre. Pero había que buscar más
tranquilidad. Y se consiguió otra vez después de un centro. Sánchez
peina en el primer palo y en la boca del arco aparece Gary Medel para el
2-0 a los 37'. Se desató la fiesta.
Despertó el público, Chile comenzó a tocar más el balón y aunque tuvo el tercero no pudo sellar una posible goleada.
Ecuador,
que cerca de los 20 minutos del primer tiempo tuvo complicado a Chile,
quiso buscar un tanto para su propia tranquilidad y lo consiguió a los
66' vía Felipe Caicedo.
El tiempo parecía correr más lento. No
llegaba el pitazo final, estaba ahogado el grito. Hasta que el brasileño
Leandro Vuaden levantó sus brazos, pito a la boca y 16 millones se
abrazan, mientras con lágrimas en los ojos en el pasto del Nacional los
jugadores y cuerpo técnico no paraban de gritar: "Chile va al
Mundial..."
Por: Rodrigo Cáceres.
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