El conjunto Nerazzurro celebró su cuarto Scudetto consecutivo ante toda su gente y con una goleada sobre el Siena. Cambiasso, Balotelli e Ibrahimovic anotaron los goles del equipo más contundente del campeonato.Joaquín Cavann.Inter-Siena (3-0)
El Campeón salió a escena
El Inter pudo celebrar dentro del campo de juego y junto a su gente. Después de una noche llena de festejos, con autobus y bengalas incluido, el dueño del Scudetto por cuarta vez consecutiva, se reencontró con la victoria y la fiesta fue completa. Fue una temporada muy difícil. La constante polémica boca del entrenador José Mourinho fue tan hábil como para quitar las críticas sobre el juego en sí y enfocarlas en los culebrones de la plantilla.
Así, se robaron las portadas las constantes salidas de Adriano, así como el enfado y los gestos de Zlatan Ibrahimovic contra su afición, luego de haber recibido pitidos durante todo un partido. Es que si hay algo para destacar al Inter fue su equilibrio. Su capacidad para resolver los partidos ante los equipos pequeños y su fortaleza para plantarse ante los grandes. Atrás quedó el enfado de Massimo Moratti, luego de la eliminación en octavos de final de la Champions League.
Hoy es todo una fiesta nerazzurra, que consolida la hegemonía en el Calcio y prepara la maquinaria para, de una vez por todas, ir en busca del continente, el próximo año. El duelo estuvo más cerca de ser un partido homenaje que un choque por la Serie A. El campeón jugó demasiado relajado y así pudo obtener una goleada que hace tiempo se le resistía.
De paso, regresó a la victoria, después de la crisis deportiva de las últimas semanas. El primer gol de la noche fue obra de Esteban Cambiasso, quien aprovechó una serie de rebotes en el área rival y definió con zurda, con la portería semi vacía. En la segunda parte llegarían los tantos de los delanteros, que han sido tan arrogantes como efectivos. Balotelli convirtió el segundo, cuando quedó sólo frente al portero y, luego de regatearle, definió con la pierna derecha.
Mientras, el gran Zlatan quizás empezó a escribir su despedida con un nuevo gol para su archivo. El sueco recibió un pase de Mancini y definió de zurda para concretar la goleada final. El Inter ha protagonizado su celebración completa. El Scudetto es Nerazzurro y el Calcio encontró su justicia, afortunadamente.
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