sábado, 19 de julio de 2014

El campeón esta en rodaje.


Sufrió mucho Colo Colo en el inicio de la defensa de la corona que consiguió en el último torneo. El Cacique no pudo encontrar la vía para doblegar a un ordenado San Marcos de Arica que, incluso, alcanzó a estar en ventaja, y debió conformarse con un pálido –e inesperado- empate 1-1.

El equipo de Héctor Tapia mostró prácticamente los mismos nombres consiguieron el título en el torneo anterior. La única modificación fue el ingreso de Claudio Maldonado en lugar de Esteban Pavez, quien pasará a Celta en la operación que llevará a Fabián Orellana al Monumental. La excusa de la adaptación era la primera en quedar de lado.

El mérito recayó en el local. El  primer tiempo resumió  bien la doctrina de Fernando Díaz. Consciente de las limitaciones que implica dirigir un plantel de menor jerarquía que el conjunto albo, y que, además, ha debido armar sobre la marcha, el técnico ariqueño optó por optimizar sus recursos.

De esa forma, definió una línea de cuatro rígida y dos volantes de contención bien marcados. Más adelante, Miguel Coronado, Renato González y Kevin Harbottle contaban con relativa libertad para unirse al venezolano Emilio Rentería, el único atacante nominal, pero también debían replegarse. Mantener el arco invicto era prioritario. Una muestra más de la influencia que el estilo del holandés Louis van Gaal ejerce sobre el estratega.

La propuesta cumplió el objetivo básico: restarle espacios a Colo Colo. Los albos mantuvieron la posesión del balón, lo hicieron circular, pero fueron perdiendo claridad en los últimos metros, porque se encontraban con una fuerte resistencia. El equipo de Tapia se vio forzado a buscar alternativas, ante la marca que recibían Emiliano Vecchio y Esteban Paredes y optó por recargar el juego ofensivo hacia la derecha con una sociedad que le dio resultados en el primer semestre: Gonzalo Fierro y José Pedro Fuenzalida. Ambos generaron las ocasiones más claras de gol para el Cacique.

San Marcos llegó poco, porque su plan de juego estaba establecido de esa forma. Los nortinos apostaban a alguna pelota detenida o a un eventual error de la zaga alba. Y, en la primera etapa, dispusieron de ambas opciones. En los 38’, un tiro libre ejecutado por Renato González desde la izquierda fue aprovechado por el defensor Fernando Meza, quien cabeceó con escasa oposición de Cristián Vilches para abrir el marcador. Y, casi al término de la primera etapa, Harbottle estuvo a punto de marcar el 2-0, después de una equivocación de Luis Pavez que lo dejó enfrente de Justo Villar.

La ventaja que obtuvo en la fracción inicial le dio a los ariqueños los elementos para ejecutar la siguiente parte de su plan. Colo Colo se vio forzado a adelantarse para buscar la igualdad, pero, paralelamente, se expuso a los peligrosos contraataques de la escuadra celeste, guiados por Renato González. En el inicio del segundo tiempo, el ex sparring de la Roja de Marcelo Bielsa y el venezolano Rentería exigieron en dos oportunidades a Villar.

Los albos carecieron de claridad para atacar. Al punto que, recién en los 60’, un débil remate de Esteban Paredes generó la primera –y fácil- intervención del arquero Pedro Carrizo en el complemento. Y tuvieron que seguir sufriendo, pues González dispuso de una nueva opción para liquidar, pero  la evitó un cruce de Julio Barroso. Un nuevo intento de Fuenzalida, en  los 65’, fue  su única aproximación.

Un error grave de Sebastián Rivera le abrió las puertas al Cacique. El zaguero derribó a Emiliano Vecchio dentro del área y Roberto Tobar sancionó el penal. Esteban Paredes, con un potente remate a la derecha de Carrizo, igualó el marcador.

Arica contó con un par de opciones más para volver a adelantarse, pero Justo Villar brindó seguridad.

Un remate de Jaime Valdés, que impactó en el vértice del arco de Carrizo pudo desnivelar el marcador para el Cacique.

En los últimos minutos, Colo Colo se volcó en ataque. Tapia ordenó el ingreso de Juan Delgado por un opaco Felipe Flores para buscar mayor profundidad, pero tampoco le resultó. La defensa de Arica se había transformado en un nuevo Morro. Y al Cacique le quedaban escasas ideas y pocas energías para escalarlo.

Por: Rodrigo Cáceres.

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