Pese al contundente marcador (4-0), la tensión se sintió en el Nacional y sólo al final se pudo desatar el carnaval. Chile mira a Sudáfrica con holgura y con un récord a la mano: logró 26 puntos en 14 partidos, más que todos los que obtuvo la selección que llegó a Francia '98.
Tibios aplausos y solitarios gritos de aliento acompañaban la escenografía del primer tiempo entre Chile y Bolivia.El Nacional estaba casi repleto, pero por momentos parecía que fuera como aquellas noches solitarias, donde sólo llegan los más fanáticos.
La tensión se palpaba porque la Roja -amplia favorita en las apuestas tras su gran actuación en Asunción- sencillamente no encontraba la ruta para destruir la férrea defensa boliviana (una línea de cinco inamovible).Suazo estaba totalmente encajonado por Raldes, Peña y Rivero. Fernández se notaba aprisionado por la dura marca de Robles. González ganaba y perdía ante Vargas en el duelo de velocidades pero no producía riesgos, y Sánchez apenas podía tener contacto con la pelota si es que se retrasaba para huir de la marcación de García.
En la banca, cosa curiosa, tampoco había señales contundentes de que se estaba trabajando en un plan para hacer variar el cuadro. Marcelo Bielsa, más que abocado a su pizarra, estaba medio quemado por lo que veía.Pero de repente llegaron las respuestas. Y no de parte de los de siempre sino que específicamente de uno que poco a poco se ha ido ganando no sólo la calidad de titular sino que de imprescindible.Jean Beausejour comenzó a corretear a boliviano que se le enfrentara. Más que eso, a hacer que el rival empezara a preocuparse de sus subidas por el sector izquierdo.
Y así contagió al resto, entre ellos a Matías Fernández, quien se movió hacia la derecha y por primera y única vez mandó un centro con lienza que encontró la cabeza del propio Beausejour para abrir esa compuerta boliviana que parecía cerrada con siete llaves.Se acabó la tensión. El Nacional volvió a palpitar.
En la segunda fracción hubo mayor soltura y también más confianza, lo que se tradujo en la mejor visión general para encontrar los caminos al arco de Carlos Arias.Hubo sí un par de hechos para destacar antes de que se concretara la goleada que desató la fiesta.
Primero, Bielsa sacó de la cancha a Fernández (entró Jorge Valdivia) evidentemente molesto por cierta actitud del hombre de Villarreal, demostrada públicamente por el reto que le dio el DT al volante cuando éste era atendido por una lesión al iniciarse la segunda fracción: "Fernández, siempre pasa algo", vociferó el entrenador.
Segundo, la expulsión del zaguero boliviano Ignacio García luego de una violenta acción en contra de Alexis Sánchez. Fue clave esa jugada, no sólo porque Bolivia se quedó con uno menos, sino que porque la acción se convirtió en el tiro libre con el que Estrada puso el 2-0.
De ahí para adelante, botín asegurado y amenizado con dos goles de Alexis Sánchez y la obtención de 26 puntos que no sólo se alzan como el nuevo récord de la Roja en las eliminatorias largas, sino que ponen en vuelo directo la ilusión de volver a un Mundial.El zaguero Waldo Ponce recibió anoche su segunda tarjeta amarilla y, por lo tanto, no podrá jugar el próximo partido ante Venezuela en Santiago.
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